Un buen lejos


En mi primer trabajo, tenía un jefe que era muy coqueto.

Era un señor mayor, chileno, cabello blanco y alto. Siempre estaba sonriendo y tirando un piropo a cualquier señorita que tuviera enfrente. 

Nuestro lugar de trabajo tenía en el piso de abajo toda la maquinaria del taller, ese día yo estaba operando una CNC (Fresadora computarizada, en simples palabras).

Desde el segundo piso, él me observaba. Al terminar mi trabajo subí y el exclamó; casi por accidente

-Tienes un buen lejos.

Por supuesto trató de arreglar sus palabras, agregando después:

-Y un buen cerca

Pero yo sabía que la primera era su opinión sincera. 

Tenía toda la razón, en ese tiempo padecía de una dermatitis severa en mi rostro, producida por la exposición al sol. No sentí nada, ni dolor, ni tristeza, ni odio, pues siempre he tratado de ser sincera conmigo misma y sabía cual era mi realidad, pero sus palabras quedaron marcadas en mi mente.

Somos muchos los que así como yo, nos vemos lindos a la distancia, pero a medida nos vamos acercando van saliendo a flote nuestros defectos... y no hablo de los físicos.

Pones a ciertas personas en un pedestal, les atribuyes características sublimes, valores altos, principios y cualidades maravillosas, pero a medida les vas conociendo te das cuenta que todo era un espejismo.

Las pusiste en un lugar a donde no merecían estar. Y lo único que te provocan es decepción.

Creo que es mejor tener "un buen cerca" a donde la gente que no te conoce, quizás hasta te menosprecie, pero a medida se van acercando, se van dando cuenta que eres más inteligente de lo que pensaban, más humilde, más amable, que tienes cualidades que desconocían porque tú no vives de las apariencias, no vas por el mundo gritando lo bueno que eres, simplemente, te levantas cada mañana y en el secreto de tu habitación, tomas la decisión de ser mejor cada día, te vean o no, lo aprecien o no, porque lo haces por ti, por tus convicciones.



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